Nuestra Historia

Nuestra Historia (37)

UNA FALLA AMBULANTE

El impuesto que se seguía pagando por plantar falla obligó a los falleros a agudizar el ingenio para no quedarse sin falla en el vecindario, ocurriéndoseles montar en un carro cadafal con ninots y pasearlos por las calles con algarabía de chiquets i majors.

Se plantaron 4 fallas ese año, en las calles de Carabases, Sant Bul, Na Jordana y Mosen Sorell, la novedad fue la de Sant Bul que tenía movimiento. No hemos encontrado que ese año se plantara en la calle de Cervantes, aunque es posible que plantara.

UNA SOLA FALLA EN VALENCIA, CERVANTES

La única falla que se plantó en Valencia fuera de la ciudad extramuros, dice Enric Soler i Godes; fue la de la calle CERVANTES, pero no llegamos a verla porque plantada en aquella calle era imposible llegar hasta ella sin llenarse de barro.

La falla representaba a “Bettina y Pipo” personajes de una obra de teatro que se representaba en el teatro Principal. El impuesto ese año era de 60 Pts. lo que llevó a muchos falleros a desistir de plantar fallas.

El mal tiempo y los hechos ocurridos con la ejecución el día 18 del “Quadret”, un asesino al que dieron garrote en el río por la mañana, y un Ayuntamiento que no tenía dos reales y quiso sacar dinero a costa de la fiesta quitando las ganas de plantar fallas ese año.

MAL AÑO PARA LAS  FALLAS

Plantar una falla costaba 60 Pts. Una fortuna para la época, por la que ese año no se plantaron fallas en la ciudad de Valencia.

No fue ese año mejor que el anterior que sólo se plantó falla en la calle de CERVANTES, pues solo hubo una falla en la casa de la Beneficencia y otra en la partida de Castellar donde un carpintero, para celebrar su patrono, plantó una falla con su correspondiente castillo de fuegos, dice Antonio Ariño, en su libro, Historia de las Fallas.

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